La estación de Burzaco convertida en basural público
Estación mugre II: la historia se repite
A casi cuatro años del número del Changuito titulado “Estación mugre” de noviembre del 2003, el estado de la estación de trenes de Burzaco y sus alrededores es lamentable: plagada de basura, ratas y sin ningún tipo de cuidado y mantenimiento por parte de la Municipalidad de Alte. Brown y Metropolitano, la empresa que tiene la concesión del servicio de trenes.
La estación de trenes de Burzaco y sus zonas linderas se han convertido en un espacio público destinado a la acumulación de basura. La ausencia de cestos, algunos de los cuales han sido quemados y desfondados sobre la calle Roca y otros que se encuentran desbordados de residuos forman parte de la geografía de esta parte de la ciudad. A pocos metros del peligroso paso clandestino yace una montaña de basura sobre la cual es posible divisar en plena luz del día lauchas y grupos de ratas de un tamaño más que considerable, las cuales también deambulan por las vías mientras los pasajeros esperan el tren. Inés Gallucci, abogada y vecina de la calle Ricardo Rojas asegura “yo encuentro alrededor de tres ratas por mes en mi casa. Por ese motivo tengo varios gatos que ya se acostumbraron y te las traen como trofeo. A una vecina las ratas le caminan por la medianera”. “Otro problema –continúa- es la invasión de mosquitos que tenemos en invierno y en verano. Y esto también es por la basura. Son enormes, como aviones. Es como si estuviéramos en medio del campo”, agrega indignada.
Pero la suciedad también está presente debajo de los andenes, a lo ancho y a lo largo del parque y las plazoletas, en el agua con sangre que los dueños de las carnicerías arrojan a las calles y en las cercanías de las garitas que tiene cada línea de colectivos en la terminal. Allí el olor es nauseabundo, sobre todo en un piletón que hace las veces de lavatorio, donde el olor a orina es intolerable. Los baños de la estación, que dejan bastante que desear, casi siempre están cerrados o clausurados. También es frecuente encontrarse con cajones o restos de cajones de madera que los comerciantes, en especial los que venden frutas y verduras, abandonan en cualquier lugar de la estación.
Párrafo aparte merece el proyecto de parque devenido en yuyal. Actualmente parecería estar destinado a la preservación de la “flora salvaje” porque hace tiempo que el pasto crece y no se corta. A eso se le suman los bancos de madera completamente destruídos –ninguno está en condiciones de ser utilizado- y sólo una de las cuatro hamacas del parque puede ser utilizada. Las restantes desaparecieron. Tampoco hay mantenimiento ni vigilancia en la zona. Los vecinos afirman que por la noche, alrededor de las 21hs, un grupo de vándalos rompe con palos las bolsas de residuos Es común, según ellos, desayunarse los domingos por la mañana con la noticia de que las calles están cubiertas de basura u observar cómo grupos de adolescentes alcoholizados literalmente se “muelen a palos”. Rara vez la policía está presente.
Otro tema importante es la circulación, obstruída con tanto puesto ambulante y perros por doquier en un túnel mal iluminado, con escalones destrozados por el que transita gran número de usuarios no sólo de Burzaco sino también de San Francisco Solano, Don Orione y Ministro Rivadavia. Y ni que hablar de la acumulación de pasajeros en los andenes cuando se retrasan los trenes o del deterioro de los techos de la estación cuando llueve que impiden cualquier intento por resguardarse del chubasco.
Dicen que las segundas partes de las películas son peores que las primeras. En el caso del cuidado, la limpieza y el mantenimiento de la Estación de Burzaco y a casi cuatro años del número de “El Changuito” que denunciaba el estado de abandono del lugar, hasta ahora la regla parece cumplirse a la perfección.
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