Crítica de cine: "El mismo amor, la misma lluvia"

(Casi) Veinte años no es nada

EL MISMO AMOR, LA MISMA LLUVIA (1999, JUAN JOSÉ CAMPANELLA)

En casi veinte años de historia argentina (desde fines de los 70 hasta mediados de los 80) no son pocos los acontecimientos que han marcado nuestras vidas: gobiernos de facto, mundiales de fútbol, una guerra, la llegada de la democracia son sólo algunos de esos hechos. La historia de amor de Jorge y Laura transita por esos años, con idas y venidas constantes. Él, un prometedor escritor de 28 años, se ve obligado a vivir de la publicación de cuentos románticos en una revista de actualidad, renunciando a su libertad creativa de hacer “buena literatura”. Ella, camarera, soñadora e idealista espera por un novio que no regresará jamás. Amistad, compañerismo y traición, son algunos otros ingredientes de un film cuyos protagonistas en muchos casos se muestran como esclavos de la situación que vive el país. “El mismo amor, la misma lluvia”, no es una comedia dramática más. Pensada en un principio como un guión para un programa de televisión en 1983, la película retrata la vida de los personajes con ironía y sarcasmo pero siempre manteniendo ese toque de humanismo característico de las películas de Campanella. Y es que después de veinte años de amor, de desamor, de encuentros, desencuentros, lamentos, alegrías y frustraciones, sólo la lluvia sigue siendo la misma.